Entre 1974 y 1981, América Latina experimentó altas tasas de crecimiento económico. La región creció un 4,1 por ciento anual, en comparación con un promedio histórico de 2,8 por ciento. Cuando el precio del petróleo se disparó en los años 70, los “petrodólares” generados como resultado fueron reciclados a las economías emergentes—y en grandes cantidades a América Latina—en forma de préstamos bancarios. Estos influjos financiaron incrementos del gasto público y burbujas inmobiliarias en todo el continente, generando una bonanza económica que apuntaló a las dictaduras militares que asolaban la región.
La bonanza (relativa) fue interrumpida por el llamado “shock de Volcker”. Esta decisión representó un triple golpe para América Latina: EE.UU. entró en una profunda recesión, los precios de las materias primas se desplomaron y los capitales dejaron de entrar al continente y comenzaron a fugarse de América Latina, atraídos por los altos rendimientos ofrecidos por instrumentos del Tesoro americano. El resultado fue una “década perdida” de depresión económica y estancamiento; muchos países sufrieron una contracción de la producción, así como crisis cambiarias, crisis de deuda y crisis bancarias.
La consencuencia política fue la caída de todas las dictaduras de la región (excepto Cuba).
La bonanza (relativa) fue interrumpida por el llamado “shock de Volcker”. Esta decisión representó un triple golpe para América Latina: EE.UU. entró en una profunda recesión, los precios de las materias primas se desplomaron y los capitales dejaron de entrar al continente y comenzaron a fugarse de América Latina, atraídos por los altos rendimientos ofrecidos por instrumentos del Tesoro americano. El resultado fue una “década perdida” de depresión económica y estancamiento; muchos países sufrieron una contracción de la producción, así como crisis cambiarias, crisis de deuda y crisis bancarias.
La consencuencia política fue la caída de todas las dictaduras de la región (excepto Cuba).
A principios de los años 90 América Latina fue nuevamente inundada por capitales extranjeros—esta vez, más que nada en forma de bonos emitidos en los mercados internacionales de capitales por sector público y privado.
Entrado el nuevo milenio, una América Latina plagada de pobreza y descontento social vio a los gobiernos de centroderecha caer . Estos fueron remplazados por gobiernos de centroizquierda y, en algunos casos, por líderes populistas.
La siguiente crisis económica ha permitido el retorno de los gobiernos de centroderecha.
https://www.brookings.edu/es/research/hacia-donde-van-las-economias-de-america-latina/
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